Invisibles. Una crisis humanitaria
Más de 200.000 haitianos y familias de ascendencia haitiana residen en los bateyes, dedicando su vida al trabajo en las plantaciones de caña de azúcar y con unas condiciones muy precarias.
La gran mayoría no tiene documentos para circular libremente por el territorio dominicano, y por eso crían a sus hijos en asentamientos rurales donde no hay electricidad, agua corriente, o un sistema de cloacas. Casi la mitad de los niños no poseen certificado de nacimiento y una gran parte de los adultos no posee documento de identidad.
Un sistema de esclavitud moderno donde los cortadores de caña trabajan todos los días bajo el calor agobiante del caribe, ganando menos de $10 dólares por día, sin servicios médicos, descanso o un sistema de pensiones. Estos cañeros realizan la tarea a mano y en condiciones climatológicas extremos. Muchas veces se ven obligados a trabajar enterrados hasta las rodillas en el fango, donde hay ratas, serpientes y otros animales.
De la misma forma, todos los miembros de los bateyes, incluyendo los niños, tienen la obligación de cumplir con tareas que pueden llegar a ser forzosas.
Varios congresistas de EE.UU. han visitado los bateyes y se han entrevistado con los cañeros para verificar las denuncias internacionales, ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y varios tribunales. Según informe de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza encontró cinco indicadores de trabajo forzoso en los bateyes de Central Romana (el mayor productor de azúcar en República Dominicana e integrado dentro de la vida política del país), incluyendo “abuso a las condiciones de vulnerabilidad, el aislamiento, la retención de salarios, las condiciones abusivas de trabajo y de vida, y horas extras de trabajo excesivas”.
Actualmente se ha prohibido la importación de este azúcar a EE.UU.
El Departamento de Trabajo de EEUU ha señalado la caña de azúcar, procedente de República Dominicana, en su lista de bienes producidos con mano de obra infantil o trabajo forzado, y el Departamento de Estado añadió a República Dominicana en su informe sobre el tráfico de personas.
La vida en los bateyes.
La situación de desarrollo en los bateyes es muy precaria. Sin electricidad, agua potable, o el uso de letrinas, por falta de cloacas convierten los asentamientos donde viven cientos de familias en un lugar inhóspito para la vida.
La educación está limitada sólo a primaria, y no en todas las zonas, después no tienen acceso a secundaria o estudios superiores sin documentación reglada, algo casi imposible de conseguir por las leyes del país, lo que provoca un período de vacío en las vidas de jóvenes y adolescentes hasta que pueden incorporarse a la vida laboral, habitualmente siendo menores de edad.
Sin documentos para circular por el país y cada dia con más miedo, ya que se ha endurecido las leyes migratorias del país, incluso sacando durante la noche a mujeres, niños o embarazadas para dejarlas en la frontera con Haití sin recursos para sobrevivir.
Además las consecuencias de los grandes cultivos de azúcar en todo el territorio de República Dominicana, implica la deforestación del territorio para plantar caña, la mayoría por tala ilegal. Lo que antes eran bosques, tierras para el cultivo y la ganadería de miles de familias, son ahora grandes extensiones de caña de azúcar, que además se queman tras cada cosecha para volver a plantar en ellas
Las graves consecuencias climáticas, no sólo afectan a las familias haitianas, muchas familias humildes dominicanas han sufrido desalojos con el fin de ampliar el territorio de explotación de caña. Esto está provocando una gran crisis de despoblación, forzándolas a un desplazamiento interno, una forma de migración que cada día ocurre con mayor frecuencia en el mundo.
El paisaje caribeño, que para el ojo es verde y frondoso, está dejando seca una tierra que ha sido fértil durante miles de años, afectando a la biodiversidad.
La destrucción del medio ambiente, el acceso reducido a la tierra para las comunidades locales, los desalojos forzosos y las condiciones laborales de trabajo forzoso en las plantaciones de caña de azúcar son lamentablemente la realidad de miles de personas del estado caribeño, uno de los países donde viven y veranean las mayores fortunas del mundo.
* Reportaje realizado en República Dominicana durante el año 2022
Un proyecto de fotografía documental, sobre vulneración de derechos humanos y esclavitud en nuestra era.